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Una generación de madres se perdió para la ciencia en EEUU

A diferencia de sus pares, las científicas con hijos producen menos artículos hasta los 35 años, pero luego su productividad aumenta fuerte y persistentemente.

Por: Montserrat Toledo | Publicado: Viernes 24 de diciembre de 2021 a las 12:48 hrs.
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Las mujeres siguen estando subrepresentadas en la ciencia y cerrar las brechas no será fácil.

Los registros de empleo de Estados Unidos revelan que una generación de científicas se perdió para el ejercicio de sus profesiones durante el baby boom, lo que equivale a más o menos 180 expertas que en ese entonces eran madres.

¿Cómo se llegó a esta conclusión? Petra Moser, académica de la Universidad de Nueva York (NYU) y Scott Daewon Kim, candidato a doctor en Economía Aplicada en la Wharton School de la U. de Pensilvania, usaron datos de investigaciones y patentes de 83.000 mil científicos estadounidenses en el apogeo del baby boom, en 1956. Su investigación decantó en "Mujeres en la ciencia. Lecciones del baby boom", que afirma que la pérdida al eliminar una generación de modelos femeninos afecta a la ciencia hasta el día de hoy.

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Encontraron que el patrón de productividad de las madres es diferente al de todos los otros científicos. Mientras la mayoría alcanza su peak a mediados de sus 30, las madres en la ciencia producen menos papers y patentes hasta más o menos los 35 años. Desde ahí experimentan un aumento fuerte y persistente de la productividad, que comienza a disminuir incluso a los 50 años, mucho después que entre sus colegas, ya sean padres o mujeres sin hijos.

"Las madres también son menos productivas durante los primeros 15 años de matrimonio, pero luego se vuelven más productivas después", señala Moser. Explica que "esos primeros 15 años son el momento en que cuidan a los niños pequeños. Cuando los niños crecen y trabajan menos, las madres se vuelven más productivas".

Esta productividad tardía también tiene consecuencias. Solo el 27% de las madres científicas académicas logra la titularidad, frente al 48% de sus pares que son padres y al 46% de las mujeres sin hijos. La decisión de ser madre explica la mayoría de las brechas, aclara la autora. "Para sobrevivir como madre en la ciencia, básicamente tienes que ser una estrella, y tienes que ser una estrella desde el principio", afirma Moser, doctorada en Berkeley.

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Cerrando brechas

La autora explica que los resultados se pueden aplicar a cualquier entorno donde las madres trabajen en ciencias, incluido Chile, ya que en la mayoría de los países la responsabilidad de crianza recae "desproporcionadamente" sobre las madres.

La directora ejecutiva del Centro de Microdatos de la U. de Chile, Lorena Flores, coincide en que el panorama es "absolutamente aplicable" al nacional, y dice que para comprobarlo bastaría con mirar las tasas de mujeres científicas o académicas titulares en dichas facultades en las universidades.

Moser explica que, para revertir lo expuesto, la solución más obvia es facilitar que las jóvenes científicas tengan cuidado de niños. Plantea que también se deben tener en cuenta los efectos diferenciales en la productividad de tener hijos, ya que las mujeres son las que soportan la carga física durante el embarazo y el período de lactancia.

Flores agrega que en países desarrollados se ha aumentado la cantidad de rectoras en las universidades, porque "si existe un liderazgo femenino uno esperaría que lleguen más mujeres también hacia la academia".

Dice que pensar en cuotas de género también es una opción y que otro camino tiene que ver con los incentivos. Recuerda que hoy en Chile el gobierno tiene "poco presupuesto", lo que hace difícil pensar en incentivos económicos. "Siempre se puede pensar en, por ejemplo, que cuando uno postule a estudios, desde las mismas universidades las bases contengan que haya más votación si el equipo es femenino, si el liderazgo del equipo es femenino", propone.

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